Comienza otro día laborable y Ramchand corre por las callejuelas de Amritsar, importante ciudad del Punjab, hacia la tienda de saris situada en el antiguo bazar. Es allí donde pasa sus días, enrollando y desenrollando con infinita paciencia metros y metros de sedas de Benarés con deslumbrantes bordados, algodones de Bangladesh de vivos colores y delicados tejidos de satén, ante las esposas y las hijas de las familias pudientes. Y mientras escucha las conversaciones de esas personas tan alejadas de su condición, por su mente vagan todo tipo de pensamientos, en un vano intento de imaginar ese mundo desconocido e inalcanzable. Pero todo cambia el día que su jefe lo envía a casa de uno de los hombres más ricos de Amritsar, cuya hija mayor se va a casar. Deslumbrado, Ramchand descubre allí un nuevo horizonte de posibilidades. Y así, armado con un viejo diccionario de inglés, un par de calcetines limpios y una pastilla de jabón, procura recuperar las ilusiones que habían llenado de promesas su infancia, lejos de sospechar que ese rutilante universo del que pretende formar parte es un territorio lleno de luces y sombras que pondrá a prueba su capacidad de supervivencia.
Elogiada por la conmovedora ingenuidad con que describe la India moderna, la autora combina el humor con una profunda sensibilidad para pintar un retrato crítico de la sociedad de su país, metáfora por excelencia de un mundo en el que la esperanza y la bondad han de convivir forzosamente con la violencia y la desesperación.