Si hay alguien capaz de describir la vida cotidiana con humor y profundidad, de unir la tristeza y la risa, ésa es la escritora norteamericana Lorrie Moore, que desde el primero de sus libros, Autoayuda, hasta el último, Pájaros de América, ha demostrado poseer una visión incisiva, certera y, sin embargo, irónica de la realidad. El ingenio, el lirismo, la melancolía, el juego con el lenguaje y una escritura dotada de poderosas imágenes son las herramientas que utiliza Moore para trazar el perfil de una mujer que, en plena crisis matrimonial, se pregunta cuántas cosas comienzan como si de una broma se tratara.
Próxima a los cuarenta años, Berie Carr se encuentra de vacaciones en París con su marido Daniel, un investigador médico invitado a un congreso. Están en la ciudad de los enamorados, pero el romántico decorado sólo consigue hacer más evidentes los problemas de su matrimonio.
Para no pensar en el presente, Berie acude al pasado, a un tiempo donde el amor todavía era un sueño por realizar. Se remonta al verano de 1972, cuando a los quince años vivía en una pequeña ciudad en la frontera con Canadá. El recuerdo de aquel tiempo, de la intensa relación con Sils, su hermosa e ingenua amiga, de la perturbadora y ansiada metamorfosis de los cuerpos de las adolescentes, de la excitación de todo un futuro por descubrir, no hace más que acentuar la monotonía del presente.
El hospital de ranas contiene todos los elementos fundamentales de la obra de Moore: una escritora imprescindible para entender la literatura norteamericana más actual.