Si en Dinero fácil los bajos fondos de Estocolmo eran los protagonistas absolutos, en Nunca la jodas sus antihéroes se siguen moviendo como peces en el agua entre maleantes, estafadores, mafiosos y ex convictos. Jorge, Mrado y JW ceden la batuta a Mahmud, Niklas y Anders, pero sin llegar a desaparecer de escena.
A Mahmud no le queda otra que acabar trabajando para el capo yugoslavo Radovan tras su paso por la cárcel. Niklas vuelve a casa de su madre después de unos difíciles años en Irak enrolado en una organización militar. Y Thomas Andrén se debate entre policía corrupto y delincuente de poca monta. Un caso de asesinato en el que hay más sombras que luces se convierte en una niebla que envilece las calles de la capital, y además hace que los protagonistas tropiecen con algo que podría resultar demasiado grande... Incluso para la propia Suecia: la muerte del primer ministro, Olof Palme.
Jens Lapidus vuelve a hacer uso de su maestría narrativa, con una prosa ágil y dinámica que ha conquistado de forma unánime al público lector y a toda la crítica de nuestro país, situándolo a la altura de otros genios de la novela negra, ya no sólo nórdica, sino mundial, como Larsson, Mankell o Ellroy.