En las arterias del
desdichado barrio de Bowery
en Nueva York, escenario de
revueltas y vilezas
perpetradas por
las bandas de gángsteres,
transcurre la historia de la
joven Maggie, de su familia
y de un entorno hipócrita y
hostil,
que ignora la compasión.
Stephen Crane se erige por
derecho propio como un autor
al que conviene leer y
revisar en estos momentos:
su crítica del sistema, no
de las personas, señala con
el dedo la hipocresía más
incrustada de nuestras
estructuras
sociales. Todo lo que no
queremos ver, lo que nos
duele escuchar y lo que nos
resistimos a creer forma
parte
del paisaje literario de
Crane. Una lectura atenta
nos convence de que es un
escritor con un plan:
sumergirse en
las entrañas de su amada
América para expurgar de
ellas todo su profundo
malestar