Roe nunca se llevó bien con el sargento de detectives Jack Burns, pero eso no significa que quisiera verle muerto y mucho menos ver cómo le lanzaban desde una avioneta a su jardín. Afortunadamente, el cuerpo de policía de Lawrenceton, Georgia, sabe que es imposible que Roe pueda estar en dos sitios a la vez, así que su nombre queda tachado de la lista de sospechosos.
A partir de ese momento, otros acontecimientos extraños empiezan a suceder en torno a Roe. Sucesos peculiares, violentos e incluso potencialmente mortales. Es evidente que detrás de toda esta locura hay un mensaje personal que Roe debe descifrar... antes de que sea demasiado tarde.