Elizabeth Royle siente que sus m225;s profundas ilusiones se har225;n realidad al encontrarse cara a cara con el hombre con el que so241;243;. Su emoci243;n no puede ser mayor: el joven parece arrancado de los m225;s ocultos deseos de su mente. Aunque su matrimonio est225; muy cercano en su profusa imaginaci243;n, la realidad se impone en cuesti243;n de segundos: los rumores de que el apuesto Leopold est225; prometido con la princesa de Gales son ciertos. A pesar del golpe, Elizabeth -que es toda una Royle- no se rendir225; f225;cilmente; har225; uso de todas sus armas para conquistar a su amado. Por su parte, el atractivo Sumner Lansdowne tiene una delicada misi243;n: proteger a su primo Leopold, aceptando incluso que muchos lo confundan con 233;l, un frecuente error que desv237;a la atenci243;n de los asesinos. Esta cuesti243;n aparentemente sin importancia -y que Sumner cree que fortalece su plan- podr225; cambiar su vida, en un momento y para siempre.