Una muchacha que tiene un idilio con el viento; un chaval que se cartea con su padre muerto; un adolescente que descubre el poder transformador del amor y otro que atraviesa el complejo misterio del sexo en su primera relación; un grupo de chicas que, tras acosar con infinita crueldad a una compañera, acabarán por descifrar su íntima grandeza. Tales son algunos de los personajes que transitan por estos cuentos. Todos ellos son «dioses de quince años», adolescentes atrapados en esa edad en que el cuerpo crece demasiado deprisa y el alma demasiado despacio, y la arrogancia se alía con la confusión. Tan inmortales como frágiles, tan sabios como ingenuos, los visita la gracia, pero se sienten desgraciados; son a todas luces hermosos, pero se ven a sí mismos feos. Y lidian con esa perplejidad sometiéndose a la dictadura de lo real, pero volando también a donde los lleva la fantasía.