«Lágrimas», «Aniversario», «Ángel» y «Pisos vacíos» son los cuatro relatos de Rafa Russo que recoge este libro y que están conectados por una atmósfera de serena tristeza. Aviso de lectura Sugerir tiene buena prensa. La literatura, se dice, debe proponer preguntas pero no facilitar respuestas pues eso suena feo, a dogmático, rígido. Y si la cosa va de cuentos, el tópico retórico se refuerza: mejor finales abiertos, que el lector complete el relato, que las interpretaciones sean múltiples. A mí eso de que los lectores sean los que terminen el relato propuesto no me parecería nada mal siempre y cuando el escritor repartiese los derechos de autor con ellos. Y la verdad: a estas alturas del partido, de lo que está uno harto es de encontrarse con tantas preguntas por delante. Que alguien se atreva a proponer alguna respuesta de vez en cuando no estaría nada mal y hasta se agradecería. En los cuatro relatos que componen este libro hay respuestas. Respuestas equívocas, pero respuestas. Equívoco no es lo mismo que abierto. No en estas historias. Lo que se nos cuenta es que los afectos y los sentimientos no son, casi nunca lo son, ni simétricos ni equilibrados: amo pero me aman menos de lo que amo, me seducen ero no han querido seducirme, te digo adiós y acaso te quiero todavía, no siempre quien bien te quiere te quiere hacer llorar. Respuestas pequeñas pero, como decía el anuncio aquel: tacita a tacita... Cuatro relatos tristes pero con esa tristeza buena por la que suplicaba algún personaje de Onetti: la tristeza nuestra de cada día dánosla hoy. Amén. Crítica:
«Russo es más que un escrito solvente y puede decirse que conoce este arte bastante a fondo, que sabe construir escenas, que los personajes no se le dan del todo mal, que tiene gusto por el lenguaje y la alta calidad poética, que es inteligente, sutil, implícito, rozando a veces la maravilla y que le gusta caminar por el filo de lo verosímil, con gran riesgo por su parte.»
elmundo.es | Blogs