Año del Señor de 1600, Japón hierve en una eterna guerra civil. Los señores feudales alternan alianzas y traiciones en un juego de estrategia en el que cada uno de ellos trata de hacerse con el gobierno absoluto del país de los dioses.
La fortaleza de Fushimi no soportará el asedio y el samurái Saigo Hayabusa está dispuesto a sajarse el vientre sin una mueca de dolor, sin emitir queja alguna. Sin embargo, la misión que le ha reservado su señor requerirá un sacrificio mucho mayor que la muerte.
La corona española vive un momento de máxima expansión territorial, pero Felipe III, rey débil y hedonista, ha dejado la corte en manos del duque de Lerma, quien entre corruptelas y nepotismo está empobreciendo el país y resquebrajando los cimientos imperiales. Dámaso Hernández de Castro, curtido en las campañas de Flandes, se prepara para partir hacia las Indias Orientales y ponerse al servicio del juez de la Audiencia de Manila. Ha de suplir con méritos su insuficiente alcurnia si quiere aspirar a la mano de su amada, la menina Constanza de Accioli. Pronto descubrirá que alguien ha disfrazado de oportunidad lo que en realidad es una trampa.
El destino tejerá sus redes y un encuentro circunstancial unirá para siempre las vidas de Saigo y Dámaso.