En el quinto centenario de la conquista del Perú, Juan Pedro Cosano presenta una novela con un episodio poco conocido de esa epopeya: la aventura de Gonzalo Pizarro, quien, tras el asesinato de su hermano Francisco, encabezó una facción rebelde, enfrentada a la Corona y con el propósito de hacerse con el dominio de los riquísimos territorios recién conquistados. La historia está contada desde el punto de vista de su amante, la dama inca Nayaraq, testigo del fin de un mundo y del principio de otro.