Ella desconoce cómo se llama. No sabe en qué lengua sueña. Recuerda palabras en árabe, en turco, en italiano, habla además varios dialectos. Muchos provienen de Sudán y uno, de Venecia. La gente dice: «Un galimatías». Habla un galimatías y se la entiende mal. Hay que decírselo todo de nuevo con palabras diferentes, palabras que no conoce…
Le han pedido a menudo que relate su vida, y ella la ha contado una y otra vez, desde el principio. Es el principio, tan terrible, lo que les interesa. Se la ha contado en su galimatías, y así es como ha vuelto su memoria: diciendo, en orden cronológico, lo que era tan lejano y doloroso…
Su memoria volvió con el relato, pero su nombre nunca pudo recordarlo. Jamás supo cómo se llamaba. Sin embargo, eso no es lo más importante, porque quién era de niña, cuando llevaba el nombre que le puso su padre, nunca lo olvidó. En su interior guarda, como un tesoro de la infancia, a la pequeña que fue. Aquella niña que debería haber muerto en la esclavitud sobrevivió; aquella niña era y sigue siendo lo que jamás nadie logró arrebatarle.
Véronique Olmi es una reconocida novelista, dramaturga y actriz francesa. Con esta obra ha obtenido el Premio FNAC de novela y ha sido finalista de los premios Femina y Goncourt 2017.