Dos desconocidos –una mujer y un hombre ya en el otoño de sus vidas– se ven obligados por azar a pasar juntos veintiuna noches en una habitación. Pronto descubren que comparten más de lo que creen. Los dos son grandes contadores de historias y, como en Las mil y una noches, sus relatos van transformando profundamente la relación entre ellos: la desconfianza inicial da paso al amor, siempre contenido, verdadero eje de la novela. Y en las historias personales de los protagonistas, como en un río, se juntan caudales muy variados que trazan el retrato de un mundo ya desaparecido.
Severino Pallaruelo vuelve a demostrar en Veintiuna noches su gran talento literario para narrar el mundo a través de una prosa sencilla, cristalina, y que refleja fielmente todas nuestras vidas.