Concebida por Hermann Broch (1886-1951) en las cinco semanas que estuvo encarcelado en Alt-Ausse, tras ser detenido por la Gestapo, "La muerte de Virgilio" (1945) es sin lugar a dudas una de las obras fundamentales de la narrativa del siglo XX, pudiendo equipararse su influencia a la de las grandes obras de Kafka o Joyce. En la novela, situada en la época del emperador romano Augusto, el poeta Virgilio, en las horas anteriores a su muerte, cae en un duermevela en el que se funden el pasado y el presente, el sueño y la vigilia, lo tangible y la alucinación. Dilatada al máximo su capacidad de percepción por su progresivo desprendimiento de la realidad, lleva a cabo un minucioso análisis de su entorno físico y mental que se corresponde en la forma con una exploración profunda de las posibilidades del lenguaje.