La vida en un pueblo perdido en las montañas de Bohemia transcurre plácida bajo un manto de aparente normalidad. Pero los ataques de un pirómano desconocido sorprenden a sus habitantes y hacen que la vida se enrarezca hasta límites nunca imaginados. A partir de ese conflicto, simple pero con muchas aristas, Hostovský construye una trama espesa y sofocante que lleva el refrán «pueblo chico, infierno grande» hasta su máxima expresión y retuerce unos personajes inolvidables: un rústico posadero, su esposa oriunda de un pueblo diferente, una hija ya harta de las limitaciones del entorno y un hijo adolescente en su verano de iniciación a los sinsabores de la vida adulta, verdadero protagonista de El incendiario.
Punzante y sentimental, pero no exenta de un humor fino, El incendiario fue publicada en Praga en 1935 y un año más tarde recibió el Premio Estatal de Literatura otorgado por el Gobierno de la actual República Checa.
Graham Greene, admirador de la obra de Hostovský, declaró: «Mi primer encuentro con Egon Hostovský tuvo el mismo sabor que algunas de sus obras: un sabor complejo hecho de humor negro, melodrama y desesperación».