Sudáfrica, 1980.
Julia es una adolescente inglesa que se ha trasladado a la pequeña ciudad de Pietermaritzburg durante el apartheid. Pocas semanas después de su llegada, en una visita escolar a la Mansión Macrorie —una casa victoriana con fantasma incluido—, Julia conocerá de la manera más sorprendente a Andrew y a Lungile. El encuentro entre los tres chicos será el inicio de una amistad contracorriente que seguiremos a través de los años y que les cambiará para siempre.
La trama de esta novela, centrada en los tres personajes protagonistas, es un retrato de las personas anónimas que combatieron el racismo institucionalizado —en el que ellos también participaron— con las armas de la cotidianidad.