«La manera en la que cada uno vive la vida está muy condicionada por la idea que nos hacemos de ella. Solemos tener una mayor obsesión por los bienes aparentes que por aquellos que ciertamente son los necesarios, los llamados verdaderos. Esta elección nos conduce a una ansiedad permanente, al padecimiento continuado, a desdeñar lo que podría considerarse una existencia inteligente». De esta manera inicia la novela.
A la luz de esas y otras cuestiones, Pere Mateu y Marta Savall enfrentan un itinerario tanto por la isla de Cuba como por los lugares que les son más cercanos. Ahí, van topándose con personajes que presentan su diversidad, los paradigmas a los que están aferrados o bajo los que están sometidos. Un camino en el que se entrecruzan leyendas con realidades, situaciones con y sin condiciones de posibilidad, la levedad con el compromiso que reclama un gran relato para la vida.
Nos situamos ante una narración, profundamente viajera, que conjuga adentros y afueras, sin una búsqueda perfectamente definida, pero que tal vez se acerque a la comprensión de aquello que se define como esperanza.