Un paseante se detiene en medio de la campiña, reclina su cabeza sobre la hierba y contempla el paisaje en su imperceptible movimiento. Infinidad de reflexiones se acumulan en su mente. A medio camino entre la novela y el ensayo, el escritor japonés Natsume Soseki ofrece al lector una visión, no exenta de humor, sobre el sentido de la vida y sobre la belleza que se escapa cuando se la quiere apresar. Paisaje, arte y contemplación se aúnan en el interior del protagonista, un pintor poeta que se demora en la tarea singular de intentar percibir la realidad tal cual es, esforzándose por evitar que sus emociones y sus prejuicios la deformen.