Las noticias tienen vidas largas en un lugar en el que nunca pasa nada, porque no surgen otras historias que desplacen a las anteriores. Por eso se asientan y echan raíces en el imaginario colectivo.
No había nadie en toda Cova que no supiera de la existencia del huérfano Leo y su madre asesina. Incluso los había que preferían adornar la anécdota exagerando o inventando algunos datos hasta el punto de que nadie sabía cuál era la historia real.
Esta es la historia real. La historia de cómo Leo se convirtió en un joven ermitaño que lucha contra las sombras de su madre.