Una novela corta y tres cuentos sobre el duro y oscuro porvenir que estamos construyendo. Aviso de lectura Este libro es raro aunque, paradójicamente, cuenta lo esperable, es decir, lo peor. Narraciones «inter-independientes», situadas en un tiempo indefinido, que bien podría ser un futuro cercano en el que algunos miedos del presente ya se han hecho realidad en un mundo programado para el disfrute de unos pocos y donde la tristeza sucia es el paisaje cotidiano de los casi todos. Un nuevo mundo feliz. Una distopía, la sombra de una sociedad insolidaria, hedonista y mísera, en la que ningún lazo interpersonal puede ir más allá del egoísmo. Como en ese futuro que se nos viene encima ya todos hablaremos inglés, les copio una reseña del The Buenos Aires Herald para ir practicando: «Sigmund Freud defined the uncanny (also known by its German word Unheimliche, which literaly translates as "unhomely") as something that can be familiar yet foreing at the same time, and therefore feels uncomfortably strange. Adolfo Bioy Casares and Jorge Luis Borges, in Argentina, practiced a branch of fantastic literature base on one, and one alone, fantastic or supernatural element thrown in the middle of an otherwise fully realistic plot. The four tales Hernán Valoni gathers in Varadero y Havana Maravillosa do not hail back to that tradition, but they do share this basic tenet: nothing can be as deeply unsettling as the world as we know it, yet different. Besides gritty and hardhitting, these stories are truly and powerfully political: no explicit references or commentary (plenty of that at Vanoli's blogs, www.elvolquete.blogspot.com and www.lamaquilladora.blogspot.com), but a texture of reality that is imbricated with a social fibre. Like the transformations on reality, this political reading is so organic to the stories that it does not even need stating: no manifestos but a point is made: no epics, but that makes it epic.» Es decir, lo siniestro como oscuro objeto de deseo. O socialismo o barbarie, dijo no sé quién. Pues eso, dejémonos de utopías y seamos realistas: imaginemos que ha ganado la barbarie.