Saturnino es un personaje ambivalente: filósofo innato, histrión y provocador, sacude las conciencias de sus conciudadanos, a los que brinda un espejo de sus propias taras; individuo atormentado por su deformidad física, combate los tópicos a los que acudimos los "normales" para protegernos del absurdo esencial de la existencia, con su retahíla de invectivas y la música de su palabra embriagadora. Saturnino pasa revista a los grandes temas que han ocupado y preocupado a la humanidad (el amor, el placer, el dolor, el matrimonio, Dios y el diablo) y los pone en la picota de su lucidez implacable. Presidido por un tono paródico, las vicisitudes de la existencia de Saturnino le llevan a transitar, también, por los ambientes de la Universidad y del arte contemporáneo, a los que disecciona con una mirada cruda e implacable. Es esta novela una aventura del pensamiento y del lenguaje que exige mucho del lector, y a cambio le ofrece un testimonio desgarrado, y al mismo tiempo festivo y gozoso, de la grandeza y la miseria del hombre cuando se atreve a ponerse en pie y pensar en libertad.