ÿþLos intrépidos navegantes del grupo Bojador lo han vuelto a hacer, contra todo pronóstico. Seis nuevas reliquias arrebatadas del crisol donde se forjan los infiernos, abajo, más allá de cimas atlánticas y heridas tectónicas: seis pecados capitales.
Con el diablo en los talones, huyen por tugurios y callejones de mala vida, no sin antes obsequiar al mundo la antología que el tacto de sus manos percibe con un suavizado escalofrío. Sí, el espejo agrietado y deforme en donde nadie quiere mirarse. Pero no tema su reflejo, no tema arrastrarse por la decadencia de sus páginas. La avaricia de una mujer que busca seguir el ritmo de sus propios deseos sin dar nada a cambio. La lujuria de un anciano que se niega a olvidar su juventud tras los bastidores de su familia. La ira de las masas que explota en las redes sociales para oscurecer el mundo. La gula de un hombre que no acepta su triste e insaciable realidad. La envidia que azota la voluntad de un monaguillo por el resto de su vida. La pereza de un hombre estancado en la pequeña esquina de su existencia. Desde los albores de la guerra civil a especulaciones futuristas, contextos macabros y personajes insalvables. Pero ¿dónde está el séptimo pecado? El bucanero Franco Chiaravalloti responde esta pregunta en el prólogo, pues también tiene sus cuentas pendientes con el mal.