Tres relatos de ficción ambientados en Japón vertebran una narración que nos acompaña a lo largo de sus páginas por los sucesos más intimistas que pueden llegar a suceder durante la última noche de invierno en la ciudad de Tokio. La búsqueda del sentido de la vida, el desamor y las consecuencias intrínsecas al hecho de estar vivos bailan al ritmo del jazz y de la música de los años 70 para susurrarle al lector los miedos y heridas de una sociedad posmoderna atormentada por su propia condición humana. La última canción de primavera, que rinde tributo a escritores como Haruki Murakami, Paul Auster o Milan Kundera, es en sí misma una reflexión sobre las llagas que cubren nuestro corazón en el siglo XXI, y que nos definen como seres vivos.