Hay innumerables libros sobre París, pero muy pocos como éste. En muchas de sus estupendas páginas el humor acompaña y expande la mirada del flâneur. No es sólo todo París lo que se nos muestra aquí, «el todo» París, sino también, como dijera Sacha Guitry (otro bromista), «los rincones del pensamiento». Calet piensa, se divierte y nos divierte mientras camina. Y mientras recuerda… No hay nostalgia gratuita en sus palabras, sino una comprensión total de lo que significaron París y sus gentes durante el siglo XX, atento siempre a aquello que Camus, siguiendo a Chamfort, llamaba «la pasión del corazón humano».
El pícaro, el sablista, que recuerda para nosotros lo hace sin mapa o guía al uso, sin tópicos, con una voz casi recién nacida, descubriéndonos muchísimos lugares en los que nunca antes habíamos reparado. Ni en nuestros viajes, ni en nuestras lecturas. Un París sorprendente, tan humano como mítico.