El látigo vivo (1927) constituye uno de los clásicos más imperecederos de la literatura eslovaca. Obra antibelicista, traducida a más de una docena de lenguas desde su publicación, ha revivido el interés internacional con la reciente traducción al francés, al árabe y, ahora, al español. Esta novela, cercana al testimonio, no de la Historia con mayúsculas, sino de la intrahistoria, es comparable a Dostoievski por la profundidad psicológica de sus personajes, aunque resulta más próxima al imaginario de Tolstói. La presente obra, de tintes expresionistas, conjuga el fatalismo eslavo con un lenguaje jugoso, profundamente popular, lleno de giros coloquiales y al mismo tiempo renovadoramente poético. El látigo vivo es de principio a fi n un ejercicio de estilo, prodigioso si recordamos que su autor era un joven sin más formación literaria que su talento innato