27 prosistas, tantos como letras del alfabeto español, se enfrentan al
mayor desafío creativo de sus vidas. Impedir que El Quijote se convierta
en letra muerta tras los exangu776;es festejos del centenario de la Segunda
parte (1615) y Miguel de Cervantes, su autor efi ciente, en una momia
literaria en el mismo año del cuarto centenario de su muerte (1616).
Para reanimarlos de algún modo y sacarlos de su atonía de siglos no
dudarán en someterlos a una violenta terapia de choque. Este es el deslumbrante
resultado de tal empresa: El Quijote a través del espejo, una
obra sin precursores, a pesar de Borges y de Menard, y sin continuadores
posibles. Como sabía Shakespeare, como adivinó Carroll, tal vez...