Su irrepetible galería de personajes -el pescador Chanquete, la pintora Julia y la pandilla de niños y preadolescentes formada por Pancho, Javi, Bea, Desi, Quique, Tito y el Piraña- ha dejado huella en el imaginario colectivo. Pero Verano azul va más allá del entretenimiento y de un puñado de escenas memorables. Si ha calado hondo en la sociedad española ha sido porque sus episodios ocultaban mucho más de lo que podría parecer. Verano azul no sólo fue el recuento de las aventuras de un grupo de jóvenes durante unas vacaciones en Nerja (Málaga), sino el reflejo de una España que, en ese momento, justo después del 23-F y antes de la victoria socialista en las elecciones de 1982, todavía se debatía entre el pasado -la oscuridad- y el futuro -la modernidad-.