El ritmo narrativo y su peculiar estructura, hacen de la ingesta de esta obra un sprint maratoniano en continuo crescendo. Una excepcional alternancia de estilos gráficos al alcance de muy pocos autores, junto con el dinamismo de la composición de página, la variedad de escenarios, los saltos espacio-temporales y la posibilidad de retroceder ante vías muertas, imprimen a la obra un tempo de frenética caída en barrena. Aderézalo con el sentido del humor que impregna todo el libro y tendrás algo absolutamente delirante. Aun con toda la mala leche que transpiran las páginas que siguen, esta, a todas luces, es una obra en clave de humor. Un humor que va del absurdo a lo ridículo, destripando con ironía, cinismo y sarcasmo, el alma de una sociedad occidental ajena a su propia decadencia.