Amantes, suicidas, magos, fantasmas y muchos figurantes más pueblan este volumen, donde conviven a la perfección, en una conversación sin fin, Darwin y Proust, Stefan Zweig y Vivaldi, Turing y Sylvia Plath.
Un libro, como algunos de Georges Perec o Marcel Schwob, que puede leerse por partes, que puede abrirse por cualquier página, pues cada breve capítulo encierra una historia completa. Es el libro ideal para llevarse de viaje o para tener en la mesilla de noche, pero también para acompañar la lectura de otros textos (un ensayo, un poemario...) o la serie de televisión que estemos siguiendo esos días.
El azar puede llevarnos al músico Anton Webern, al pintor William Hogarth o a la reina de Saba. Los sugerentes textos de Baroncelli nacen de una ironía cáustica y erudita, que hace convivir a figuras reales (casi todas ellas) con otras que podrían haber existido también y que funcionan como personajes de ficción para hablarnos de alguna época o de algún suceso. Una lectura, por tanto, llena de curiosidades, guiños y detalles tan reales como literarios; un (podría decirse) compendio de biografías que se lee con un placer grande: aprendemos y disfrutamos en cada página.