Oscuridad total es una historia de amor, o, lo que es lo mismo, de desamor y ruptura, sobre la desorientación y el vacío que siguen a todo final, pero alejada de todos los clichés al uso, y con una concepción y una escritura que siguen sorprendiendo por su absoluta modernidad. ¿Cómo enfrentarse a un mundo caótico, a un presente mutable y voraz cuando se tiene el corazón roto? Aunque la protagonista, Kate Ennis, posee las nada desdeñables armas de su afilada inteligencia, de su sensibilidad, de su humor y de su innegociable autonomía, todo son pecios en un vastísimo mar nocturno. No se explicitan demasiado los porqués, Sólo se insinúan los efectos, que asoman y reverberan aquí y allá, en las experiencias del día a día, en excursiones de pesadilla o vivencias surrealistas, para añadir un matiz de desasosiego e incertidumbre. De estructura fragmentaria y alcance poético, acontecimientos en principio dispares se suceden sobre ese fondo común de desorientación y pérdida. Las narraciones, discontinuas -y que tocan los más diversos temas políticos, sociales, literarios-, entretejen sutilmente un diario íntimo, un relato subterráneo, que el lector debe recomponer, y que es la historia de amor, ese abismo agónico al que la narradora debe sobreponerse para hacer frente a una realidad confusa y acelerada desde un lugar propio, libre, independiente.