Ciertas personas constituye un retrato de época -años cincuenta en una ciudad española de provincias- realizado al hilo de un robo sacrílego y sus posteriores consecuencias y desenlace.
Las relaciones entre el mundo marginal -tan sórdido como su época- y el poder provinciano de la dictadura establecen la tensión narrativa básica de Ciertas personas -tercera novela de Fernando G. Delgado-.
Luego, el total se enriquece y adensa con una trama de amores cruzados, pasiones inconfesables, bajos instintos o heterodoxias sexuales.
Uno de sus personajes aparece sometido a presiones fetichistas irrefrenables, que no consigue vencer, y otros entregados a la fatalidad -sentido vertebral de toda la novela- que rige el devenir de sus vidas.
La máscara de la doble moral, el diseño irónico, la parodia y la representación y, naturalmente, el lenguaje terminan de configurar Ciertas personas como una de las más saludables, vivas y atinadas referencias de la novela española actual.