Charles Williams fue uno de los principales miembros de los Inklings, el grupo que incluyó a J.R.R. Tolkien y C.S. Lewis. Como colaborador de la Oxford University Press, Williams vivía en Londres, pero durante la Segunda Guerra Mundial sus oficinas se trasladaron a Oxford, lo que le permitió un contacto más estrecho con los Inklings.
Las novelas de Williams suelen ser calificadas de thrillers sobrenaturales, y ésa es una buena descripción de Todos los santos. En ella, los aspectos espirituales y ocultistas irrumpen en la vida cotidiana como parte de la trama.
Lester Furnival se encuentra repentinamente caminando por un Londres fantasmagórico; sin darse cuenta, ha sufrido un accidente mortal y ahora es un ser incorpóreo que vaga por la ciudad. Su marido, Richard, se ve implicado en las maquinaciones de Simon el Clérigo, un oscuro personaje ocultista que busca dominar el mundo. Con ayuda del espíritu de Lester y de su amigo pintor Jonathan Drayton, Richard hará todo lo posible para detener al malvado Simon.