Dentro del vasto territorio de las obras de atribución dudosa en el teatro del Siglo de Oro, «El condenado por desconfiado» y «La Ninfa del cielo» ocupan un lugar muy especial. Ambas han sido editadas a nombre de Tirso de Molina con distintas condiciones de credibilidad y ambas presentan elementos comunes: sus historias transcurren en el área geográfica del Reino de Nápoles y combinan la vida de los bandoleros con la de los eremitas, en un tiempo histórico que no queda claro. Pero a partir de la constatación de semejanzas en el perfil estético y contenido ideológico, las comedias presentan divergencias de interés. Esta edición conjunta sigue poniendo en cuestión a Tirso como autor de «El condenado» (cada vez son más las pruebas que apuntan a Claramonte), al mismo tiempo que restituye la autoría de Vélez para «La Ninfa». La edición conjunta conlleva, además, la propuesta de un paradigma nuevo sobre el teatro de Tirso en particular, y sobre el teatro aurisecular en general.