Sadístico, esperpéntico e incluso metafísico es una novela que condensa todas las particularidades del universo erótico y sentimental de Terenci Moix. Es el retrato de un personaje singular, Joan Manuel Forcadella Manelet y el relato de un doble itinerario. El de la educación erótico-sentimental del pequeño Manelet, ?aplastada por las deformaciones educacionales? de una circunstancia histórica que los lectores de Moix conocen bien: la de la generación nacida en la postguerra barcelonesa. En toda la novela se mantiene el recuerdo constante de la Barcelona de los años cincuenta como un espejo deformante. Y el desarrollo de una relación amorosa condenada a lo enfermizo por el propio trauma de Joan Manuel. Esa mitología educativa, auténtico martirologio burgués y nacional-católico, desemboca en una perversión erótica que acaba encerrando al personaje principal en un callejón sin salida./ En oposición a su visión tormentosa del erotismo, su compañero de andanza, un joven y ambiguo veneciano, Canalazzo, busca la liberación de sus particularidades eróticas, partiendo de un mundo pagano, que se representa a través de referentes espaciales como la Italia del encuentro entre ambos, y el viaje de auténtica consumación a Grecia. El choque entre ambas formas de erotismo ?la del dolor, la de la plenitud- conduce a un desenlace dramático e incluso cruel de una historia que empezó como un divertimento esperpéntico. /// Sadístico, esperpéntico e incluso metafísico, ganadora del premio Joan Estelrich y publicada originalmente en catalán en 1976, está con toda justicia dentro del ciclo de novelas testimoniales de Terenci Moix. El propio Moix quería integrarla en una proyectada ?trilogía del sexo?. Sadístico... quedó en un extraño letargo y hoy, 35 años después, Berenice la publica por primera vez en español mediante la traducción del escritor Juan Bonilla. /// ?He creído útil trasladar a una experiencia que quería definitiva, algunos problemas privados de mis héroes de siempre: la soledad, la inmadurez, el desarraigo, el sentido burgués del dominio, la necesidad castrada de creación, la ambivalencia sexual y el distacco absoluto de la realidad. Trasladar este entretejido a una experiencia onanista me ha parecido la coartada dramática que me era necesaria para agotar, definitivamente, mi ciclo de fugitivos de los años sesenta.? Terenci Moix /// ?Sadístico... contiene sin duda el mejor Moix en estado puro.? Juan Bonilla