Cuando el autor, por entonces ?sin un duro?, hizo este viaje, hacia 1987-88, no encontró a nadie que siguiera aquellas sendas. Caminó en diversos momentos desde Huelva hasta Covadonga y por la calzada romana llamada ?Vía de la Plata? entre Mérida y Astorga. Hoy ya va más gente, gracias, en parte, a una serie de televisión de notable trivialidad; vaya una cosa por la otra.
«Un viaje a pie ?explica Pío Moa? le sumerge a uno en un mundo distinto, donde el tiempo transcurre de otro modo. Y más en caminos como este, a través de la España vista convencionalmente como más atrasada, pero por eso mismo más sugestiva por cierto arcaísmo que todavía pervive en ella. Descubrirla, y descubrir los viajes a pie, en general, ha sido uno de los sucesos felices de mi vida. No dejó de ser una aventura, incluso peligrosa en algunos momentos. El libro también viene a ser una continuación, a su modo, de De un tiempo y de un país, referido a mi experiencia en la izquierda antifranquista».