En este libro se reúnen los episodios del periplo de Richard Halliburton por el centro y el sur del continente americano siguiendo la ruta de los conquistadores españoles. Su llegada a la isla de San Salvador fue también en la Santa María, pero no se trataba de una carabela sino de un hidroavión. El joven aventurero comienza su andadura tras los pasos de Cortés por México, acompañado por su padre, Wesley Halliburton; luego emulará a Pizarro y a Núñez de Balboa junto a su amigo Fred Healey. El relato de las andanzas al norte y al sur del ecuador no está exento de penalidades, pero sin perder nunca el buen humor. Aventuras como la ascensión al Popocatepétl nevado, las zambullidas en el Pozo de la Muerte, o cruzar a nado el Canal de Panamá se mezclan con ocurrencias como viajar como un titiriterocon mono y organillo desde Buenos Aires a Río de Janeiro. Luego hay episodios de gran dureza, como la estancia en la Isla del Diablo o la experiencia directa de las condiciones de los presos en la Guayana Francesa. La narración acaba con una hilarante imitación de Robinson Crusoe con Halliburton vestido con pieles de cabra en compañía de su criado Martes.