Arcadia no es un simple reino, es una identidad, una forma de vivir y convivir fundamentada en la espiritualidad.La Luz Divina, su deidad, envía a los espíritus para advertir a los moradores del castillo de Clachgem del peligro inminente: el destronado ha regresado a la nación. La reconquista es un éxito en su avance hacia las tierras bajas. Pero los arcades no contemplan la palabra rendición. El rey y su senescal parten al exilio y piden apoyo a la poderosa reina Bouda II.El joven Maddox, la princesa Alanna y los Bertram huyen hacia la isla fortificada de Naballachán, el último reducto. En caso de regresar, deberán hacerlo como militares. Contarán con una ventaja, un arma más poderosa que el arco y la espada: los espíritus están de su parte. Son mediadores de la divinidad, que les otorga el poder mediante dones.Algo se oculta entre demonios y espíritus, algo que observa a Maddox en silencio, preparado para manifestar su poder.