Tras despertar de un profundo letargo, Kaede regresa a los dominios Shirakawa, guiada por una fuerza interior que la ha transformado. Takeo, unido a la Tribu por lazos de sangre y por un juramento, irá descubriendo a través del contacto con la muerte la enorme belleza que encierra la vida. Pero los deseos de vengar el asesinato de su padre adoptivo, Shigeru, y de reclamar la herencia que éste le dejara al morir, le arrojan a un destino desgarrador.