Ciertos problemas tienen su origen en la funesta herencia de sentimientos que se han ido asumiendo a través de las generaciones. Raras veces los hijos se atreven a llevar una vida más feliz y plena que la de sus padres. De forma inconsciente se mantienen fieles a una tradición familiar no manifestada y que actúa furtivamente. De esta manera, los hijos repiten patrones de conducta y experimentan un destino similar al de sus padres. Esta herencia se asumirá aun cuando la familia esté desmembrada o las personalidades adultas no quieran saber nada acerca de sus padres. La terapia sistemática ha encontrado un camino mediante las llamadas constelaciones familiares para poner al descubierto los vínculos y presiones familiares que continúan teniendo influencia sobre el individuo subliminalmente.