A primera vista las piedras pasan desapercibidas en los arroyos y estanques, en los bordes de los caminos o en tu propio jardín; los niños pueden recoger piedras de formas muy diversas por todos sitios: grandes o pequeñas, rugosas o lisas, con aristas o redondeadas, y en todas las tonalidades imaginables ?blancas, grises, negras o marrones?. Además, en muchas de ellas aparecen dibujos muy interesantes.
Si se miran con un poco más de atención y algo de fantasía, se pueden descubrir y sacar a la luz cosas increíbles: caras humanas, figuras completas de animales, torres puntiagudas, conchas de caracoles redondeadas, corazones, estrellas, enanos... Las piedras se pueden pintar o poner unas junto a otras para formar divertidas figuras, como orugas o peces. Bastan unos pocos materiales, por ejemplo unas cuentas de madera y unos trozos de cordel o alambre, para crear unos alegres personajes: peces curiosos, leones salvajes o simpáticos ratones.
Existe gran cantidad de posibilidades para hacer diseños con piedras, lo que servirá de diversión a todos, tanto a mayores como a pequeños a partir de 5 años. Se pueden utilizar como juguetes, a modo de pisapapeles o para adornar la mesa, una vitrina, una estantería o el alféizar de la ventana; las piedras pintadas también pueden servir como un regalo muy especial para nuestros seres queridos.