Una cautivadora meditación que invita a afrontar los desafíos del siglo XXI viajando por fuera de los caminos trillados.
«El ensayo de Jordi Soler nos plantea de modo casi profético y con prosa seductora la necesidad de "emboscarse" y mirar con otros ojos la realidad más cercana, más allá de la velocidad de nuestros tiempos; los recodos de sus palabras nos invitarán a al viaje literario y existencial.»
Maribel Verdú, Heraldo
El mapa secreto sirve para encontrar la otra realidad del bosque y de las criaturas que lo habitan, como lo han hecho durante siglos sabios orientales, filósofos, poetas y novelistas, doctores mesméricos, artistas plásticos y brujos mexicanos.
El entramado que articula los árboles del bosque tiene su metáfora en la red, la otra realidad existe también en las calles de las ciudades y para vislumbrarla solo hace falta observar con atención, contemplar «la otredad en el mundo de todos los días», como sugería Octavio Paz, basándose en ese principio fundamental del surrealismo que era buscar lo merveilleux quotidien.
A partir de sus andaduras por bosques y ciudades, y de una larga lista de lecturas que incluye a Edgar Allan Poe, Demócrito de Abdera, Ernst Jünger, Carlos Castaneda, Salvador Pániker, André Breton, Henri Bergson, Walt Whitman, Emil Cioran, Parménides y C. G. Jung entre otros; Jordi Soler propone una reflexión, un mapa, sobre esa zona de la realidad que el siglo xxi empieza a difuminar. Para contrarrestar la inercia del progreso apela al regreso como forma de integración a los ciclos del cosmos, explora el gran silencio, propone acallar la palabrería interior para poder observar el entorno sin prejuicios -como recomendaba el brujo don Juan Matus-, a fuerza de concentrarse mientras se camina en la intemperie o se juega un set de tenis.
Mapa secreto del bosque es la aventura de un novelista que se echa a caminar con su perro para buscar la otredad en el mundo de todos los días, aprovechando el instrumental que está al alcance de cualquiera, el desplazamiento, la poesía, la música, el abrazo, la emboscadura en suma, refugiarse en el bosque para regresar, brevemente y de manera cotidiana, a esa criatura cósmica que, a pesar de la revolución tecnológica que ha transformado nuestras costumbres, no hemos dejado de ser.