Si Errores correctos: mi oxímoron se trataba de una colección de palabras y expresiones que fueron censuradas durante años y hoy ya forman parte de la norma culta, en Hablemos asín el autor ensalza voces que, aunque hoy se consideran vulgares o coloquiales, suenan en las conversaciones de los bares, en las notas manuscritas, en los tuits. Siguiendo la máxima de que los hablantes son los auténticos dueños del idioma, el autor se propone desempolvar las páginas de los diccionarios y dar fe de algunos términos y expresiones que todavía se censuran y rechazan en pro del buen uso del español. A grosso modo (con su a precedente, hoy considerada incorrecta), «este libro podrá parecer, cómo no, una provocación para todos los que rechazan el lenguaje relajado, y lo es, sí, pues uno ya tiene edad y kilómetros como para permitirse ese lujo, con la esperanza, claro está, de que quienes lo lean sonrían y pasen un rato divertido pensando que me volví loco, y por eso no vengan a regañarme, como yo regañé a tantos y durante tantos años».