Divertida, original, tierna, excitante, Vox refleja como ningún otro libro todo el erotismo de nuestro tiempo. Un clásico inminente.
Un hombre y una mujer que no se conocen y que viven en ciudades distantes conectan, cada uno por su lado, con una línea telefónica donde varias personas charlan libre y descaradamente. El hombre y la mujer se gustan por la voz, por la actitud, y deciden pasarse a una línea privada.
Lo que se pone en marcha es un fascinante proceso de mutua seducción. El lector, como escuchando lo que no debería, va de asombro en asombro, mientras él y ella desgarran todos los velos del pudor, situando en la máxima pasión el flujo ansioso de su charla.
En el transcurso de una sola conversación, él y ella fantasean sin traba alguna, intercambian pasados éxitos, modifican el nombre de las cosas «privadas», se hacen pasar vergüenza, se hechizan, se despliegan. Es decir: vuelven a inventar el sexo.