En el segundo tomo de su Historia de la literatura española, Ángel del Río revisa el agotamiento creador
del siglo XVIII. Tras muchas centurias de brillo, una España ensimismada en su aislamiento incuba los fermentos de
libertad que conducirán a las grandes convulsiones modernas. Es la época de los neoclásicos, de los reformadores y de
los fabulistas. Se prepara la atmósfera renovadora del romanticismo (Larra, Espronceda, Zorrilla y Bécquer). Mientras
la sociedad se desgarra en luchas intestinas y una revolución inconclusa sacude sus cimientos, el siglo XIX asiste al
desarrollo del realismo narrativo con sus cumbres en Galdós y Clarín. El desastre colonial alumbra la gran generación
del 98, que el autor simboliza en la figura polifacética de Unamuno. Los grandes poetas de la generación del 27, ya en
este siglo, se enfrentan a la tragedia bélica. Dos amplios apéndices pasan revista a las creaciones de las letras
gallegas y catalanas, cerrando este completo panorama de ocho siglos de creación literaria en la península. Ángel del
Río (Soria, 1901 - Nueva York, 1962) tuvo como profesor a Antonio Machado. Preocupado por recrear en sus discípulos la
dimensión humanista de la cultura, integró la "España peregrina" y, a partir de 1941, prosiguió su docencia en Estados
Unidos. Enseñó en las universidades de Nueva York y Columbia y dirigió la Revista Hispánica Moderna. Escribió ensayos
sobre Cervantes, Lope de Vega, Jovellanos, Galdós, Unamuno, García Lorca y Salinas. Su Historia de la literatura
española, publicada por primera vez en 1948, en Estados Unidos, y desde entonces constantemente reeditadas, es una de
las creaciones más originales de este gran testigo de la cultura hispánica en el mundo anglosajón.