En un mundo en que la inmortalidad dá mas problemas que ventajas, en el que para poder sobrevivir lo mejor es estar en la banda correcta y no enfadar a la banda equivocada, una niña forma una pandilla para encontrar en ella algo parecido a una familia. La niña sin nombre se siente sola y hace lo único lógico por alguien que no dice una palabra, pero dispara muy bien. Las calaveras de Moloch resultan más una maldición que una ventaja, y la conquista de Thunderat Town puede parecer un mero trámite, pero no importa si eres inmortal: mucha gente intentará matarte si lo haces.de celebraciones, ya se sabe con el Beti güeno, en su justa medida pero de forma imborrable.
Con numerosas ediciones previas y decenas de miles de libros vendidos -hasta ser considerado una factoría de béticos-, ahora recuperamos este libro para una nueva generación y con añadidos de las manos de dos genios de la intelectualidá verdiblanca: el dibujante Andrés Martínez de León, padre de ese genial Oselito, que, entre otras cosas, era un bético sin igual; y Julio Muñoz Gijón, que no desaprovecha con su @Rancio para dar puntaditas geniales