Numa, el pequeño cachorro de tigre, está convencido de que los colores más bonitos que hay en el mundo son el negro y el naranja, los que tiene su cuerpo, y decide pintarlo todo de esos colores: los árboles, las mariposas, los ciervos..., ¡incluso aunque no quieran! Hasta que un día descubre que estaba equivocado. Una tierna historia para los más pequeños que nos enseña que hay que ser más tolerantes.