Charli recibe una llamada muy extraña de una tal Gladis, una chica con acento latinoamericano, que le da la dirección de donde vive y le pide por favor que le ayude a abrir una puerta que está cerrada. Charli se da prisa en llegar a la dirección que le ha dado y le ayuda a abrir la puerta de la habitación. En el interior se encuentran a la señora de la casa, a quien cuida Gladis, desmayada en el suelo..., pero lo más extraño es cómo y quién ha podido cerrar la puerta si no hay nadie más en la habitación.