KALANDRAKA recupera un clásico que en 1967, cuando la autora lo publicó por primera vez, contribuyó a revolucionar el panorama de la literatura infantil universal por su atractiva y novedosa propuesta gráfica: se trata de un libro sin texto que destaca por su diseño minimalista y depurado. Con el paso de cada página el lector aprecia el proceso de metamorfosis de un globo en diversos objetos con los que guarda una semejanza: manzana, mariposa, flor...
Con títulos como "Un globito rojo" inauguró un estilo casi abstracto que destacaba por la ausencia de realismo y un elevado grado de simplificación cromática, lo que convirtió esta obra en un álbum muy atípico para el público infantil. De ahí su mérito por convertirse en un referente en este género en el que las palabras se sustituyen por imágenes llenas de dinamismo que -lejos del silencio aparente- evocan múltiples figuras.