Es el Pirineo una tierra donde las leyendas y las tradiciones se han transmitido, de mayores a pequeños, al calor del hogar. Sus personajes, muchos de ellos dioses en su origen, han contribuido a forjar un carácter que ha moldeado la personalidad de las gentes de estos valles y que se ha adaptado a un paisaje bello, abrupto y salvaje. En esta historia, la diosa Culibillas nos enseña una lección en torno a la bondad, el respeto a la naturaleza y la libertad.