El reino de Aragón superó el 11 de agosto de 1136 uno de los momentos más delicados de su historia. Aquel día nació Petronila, que daba continuidad a la dinastía real iniciada por Ramiro I y que parecía agotarse con la muerte de Alfonso I el Batallador en 1134. Su hermano Ramiro tuvo que abandonar los hábitos de monje, sentarse en el trono y cumplir con la primera obligación de un rey: tener descendencia. De su unión con Inés de Poitou nació Petronila, sobre cuya frágil figura recayó el peso de la historia, las raíces del reino y el futuro de un territorio colosal, el de la Corona de Aragón. La reina de Aragón, y luego condesa de Barcelona, cumplió con éxito lo que se esperaba de ella.
Con La reina olvidada, José Luis Corral rescata la memoria de una de las mujeres más
interesantes de la Edad Media y nos descubre a una dama inteligente, sensible y responsable, muy alejada del arquetipo decorativo con el que se suele envolver a las mujeres de esa época. El autor utiliza la primera persona para expresar más de cerca sus inquietudes, deseos, temores y esperanzas. Petronila jamás conoció a su madre, pero se imagina cómo debió de sentirse por haberla abandonado a los dos meses de dar a luz. Con un excelente manejo de las fuentes históricas, Corral recrea la vida de esta admirable reina en una apasionante ficción.