A comienzos del siglo XX, con la inestabilidad de fondo y el deseo de la clase popular de participación política, un grupo de jóvenes burgueses comenzó a cuestionar un régimen corrupto y obsoleto. Esta prometedora generación se propuso como objetivo formar políticamente a la sociedad española, pero ¿era posible que la elite cuidara de los intereses de los desfavorecidos? ¿No podían las clases populares participar en la política sin supervisión?. En este ensayo Jorge Costa Delgado analiza la relación entre la elite intelectual y las clases populares. Este debate, cerrado en falso a lo largo de la historia, resurge cada vez que se reabre la batalla por la educación política de las masas, sin ellas, a pesar de ellas.